domingo, 26 de febrero de 2012
Lo mismo en la vida que en la muerte - Alejandro Bentivoglio
Su afición al dinero continuó aún en la muerte. Así que cuando vio la barca de Caronte, preparó dos monedas falsas para pagar. El barquero tomó lo que se le daba y le indicó que subiera. El viaje fue largo y silencioso. Cuando llegaron a tierra, Caronte le hizo una seña para que bajara, ya estaba en la última morada de los muertos.
Al dar los primeros pasos encontró un enorme palacio de cartón pintado. Árboles de papel. Ridículos animales de telgopor.
Tomado del blog: Memorias del Dakota
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1 comentario:
Está bueno. Lo barato sale caro.
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