viernes, 10 de febrero de 2012

Sobre una idea – Héctor Ranea


No podía mesarse la barba, ni mirarse a un espejo, ni decir cómo hubiera sido tomar algo, señalarlo con la mano, abrir una fruta, acariciar a una mujer. No miraba nada, sólo veía. En todo eso apenas distinguía un trazo en el que podía decirse que… pero ni para pensarlo tenía ganas. Después de todo, nadie más ateo de sí mismo que Dios, y al pensarlo, hizo algo que bien podría llamarse reír.

Acerca del autor

No hay comentarios: