miércoles, 27 de julio de 2011

Buena noticia - Anna Rossell


El Consejo estaba reunido para escuchar con mística atención el informe del jefe de la expedición:
“Procrean por estímulo de cálidos vínculos emocionales, su cuerpo es un amasijo de huesos, nervios, músculos y cartílagos, su color es más o menos pálido o de ébano, han desarrollado una tecnología de rápido crecimiento que les hace pasar horas ante pantallas pobladas de iconos –por ello se sienten como Dios, son arrogantes, pero no se respetan lo más mínimo-: a menudo viven en condiciones pésimas y sórdidas, tratan a su entorno de modo bárbaro, sus ríos son pestíferos, sus cáusticas ciudades están cubiertas de una densa película de niebla y compensan su maltrato con parques temáticos, legan a sus vástagos esta tendencia evolutiva, que llaman “progreso”. La previsión era válida: no hay nada que temer; su civilización se autodestruirá en breve. Nunca alcanzarán nuestro planeta.”