martes, 18 de enero de 2011

Urdimbre - Héctor Ranea & Sergio Gaut vel Hartman


Había tantos hilos en las tramas que el escritor decidió diversificarse. Por un lado se puso a recolectar cuentos; por otro poesía y por último, con los que le sobraban, enhebró collares, ristras de aromatizantes, cacharros para comer sopa, analizadores de espectro para laboratorios de análisis clínicos y hasta pensó en tejer alfombras voladoras. Lástima que semejante diversidad terminó alertando al Programa Holmes & Watson del FCBIA. Llegaron de noche, lo ataron con sus propios hilos y lo confinaron en una celda de la prisión lunar Armstrong. No lo van a juzgar, claro, pero en un informe reservado aseguran los expertos en desencriptación que muchos de esos hilos llevan a la residencia secreta del Presidente de los Estados Unidos, en los Adirondacks y otros terminan en los calzoncillos del papa. No se pueden correr riesgos con los ficcioterroristas.

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