jueves, 30 de septiembre de 2010

Frágil - Kalton Bruhl


Me parece verte en la penumbra de tu habitación, acariciando el espacio vacío a tu lado sobre la cama, el lugar donde ahora sólo descansa una ausencia.
Tan frágil. Tan sola.
Y no sé cómo alcanzarte, y no sé cómo decirte que no me tienes que culpar por estar sola, porque yo nunca dejé de soñar. Fuiste tú quien despertó.

Disidentes – Sergio Gaut vel Hartman


Episodio someramente registrado en los escritos póstumos de Filón de Alejandría, la secta de los crijudis estuvo signada por una dramática confusión. Para Moishele de Bershevá las reglas dietéticas judías debían aplicarse a las enseñanzas de Jesucristo, aunque sin olvidar la filosofía de Juan el Bautista. Por ese motivo decidió que lo sagrado no podía encarnarse y que su fe tendría que santificar los jueves para no ser absorbida por las originales. Así nació el culto a San Edrín y por ese motivo José de Arimatea fue el primer batata de la secta. No obstante, fue un grupo efímero porque un levita del templo contrató a un sicario para que degollara a Moishele, y para consternación de sus fieles, el profeta no resucitó como había pronosticado. Disuelta la secta, judíos y cristianos se repartieron a los acólitos. Como eran cuarenta y siete, a Salomón Rabinovich lo cortaron al medio.

A toda marcha - Diego Ariel Vega


El capitán gritó la orden con desesperación y el personal respondió de inmediato a los chillidos de la alarma insistente, ocupando sus puestos con celeridad. La urgencia de la situación requería nervios de acero, y la sensación de vida o muerte se respiraba en el ambiente.
¡A toda marcha! El submarino se vio expulsado raudamente por los motores exigidos a su máximo nivel, al límite de sus posibilidades, sin importar ni rumbo ni dirección. Lo más importante, - lo único importante a esas profundidades, a esas alturas - era salir de ahí, lo más rápido posible y de cualquier forma, para evitar la fatal colisión que se avecinaba.
A pocos kilómetros, completamente ciega de amor, como un Don Juan marino, como un acuático Casanova, una ballena apasionada proseguía su persecución alocada, todavía con esperanzas de atrapar a esa escurridiza belleza que se resistía con firmeza a sus embates seductores.

Tomado del blog: http://divagantedivergente.blogspot.com

Mi jefe - Óscar Román Alconada


Llevamos una hora de entrevista y no me convence. No es por dinero, es su actitud. No creo que pueda desempeñar, de forma óptima, las funciones que su puesto requiere. No le veo capacitado para ser mi jefe.

Tomado de http://oscarroman.com/

martes, 28 de septiembre de 2010

Al seminario – Sergio Gaut vel Hartman


—Tiene gustos muy raros —dijo Greta señalando a Gregor, que dormía en un rincón.
—La juventud está perdida —dijo el padre Johan santiguándose.
—No me ha comprendido: mi hermano quiere hacerse cura.
—¡Eso es fabuloso! —Luego, poniendo el canto de la mano sobre el costado de la boca, agregó—: No tendrá necesidad de comprarse una sotana. Nos las cobran a precio de oro, ¿lo sabía? ¡Que no daría yo por ser escarabajo o cucaracha! 

Monstrua - Lilian Elphick


Un brillo. Una luz. Ahora. Un dolor irisado se te ve en los ojos. Así me miras cuando hemos estado perdidos en la noche, lenguajeando, mientras yo te extraño porque te vas y te quedas y ningún beso florece sobre las almohadas. 
Desgloso tus pequeñas trizaduras: es por ahí que te escapas, sin aristas, desarenado, limpio. Y es ahí que soy la piel ajena que a veces guarda la tuya en forma de mi recuerdo. O el hielo que quema su confesión: ¿Sabías que las palabras pueden manifestarse como un puño? ¿Alcanzarás a cobijarte bajo la sombra de mi mediodía?
Poco quiero decir de la añoranza: ritual espejeante; la brutalidad de la máscara.

Patrulleras con historia – Héctor Ranea


Corría lo que en idioma mirmidón se pronunciaría como Año del Dinosaurio. Las hormigas gigantes que patrullaban la zona que sería pavimentada con formol y saliva, se toparon con un tropel de hormigas enanas que huían de lo que llamaban el macizo yucataneco. Las gigantes se mofaron, con sus conocidas escupidas de formol, de la cobardía de sus parientes microscópicas y llevaron a toda su nación a lo que se conocía como Chicxulub. Llegaron unos días antes de lo que los sabios astrónomos conocían como El Día del Asteroide. Fue una gran pérdida de biodiversidad.

Cambio de planes - Claudia Sánchez


—Catesby, ¡un caballo, mi reino por un caballo!
—Lo siento señor, caballos no habemos, pero a falta de ellos, buenos serán pelícanos. Si os ajustáis bien la armadura, las aves os llevarán en vuelo de aquí.
Y así lo hizo el rey Ricardo, pero al reparar que en el viaje había perdido su corona y con ella su reino, decidió darse por muerto e indicó a los pelícanos el rumbo a las Bermudas. Desde allí, mas descansado, citaría a Willy para hacer algunos arreglos en la obra.

Tomado de: http://sanchezclaudiabe.blogspot.com/

00:00 - Juan Manuel Valitutti


—¿Qué hora es?
—23:59.
—Estoy nervioso.
—Tranquilízate, novato.
El gran reloj de péndulo comenzó a dar las doce campanadas.
—Me siento como un ladrón.
—Pero no somos ladrones, novato. Somos fantasmas, te guste o no. ¡Y tenemos que hacer nuestro trabajo! ¡Y no te olvides de azotar fuerte esas cadenas!

domingo, 26 de septiembre de 2010

Vidriera - Samanta Ortega


El virus llegó al pueblo aislado. El doctor, convertido en muñeco de cera, dejó una nota explicando que en cuestión de horas todo el pueblo sufriría de lo mismo hasta morir. Carlos fue el último en padecer los síntomas. Primero la piel se le puso aceitosa, después se encontró que no podía moverse, ni hablar, aunque aún oyera bien. También sintió correr la sangre caliente hasta que, poco a poco, se endureciera. A partir de ese instante el tiempo se detuvo casi por completo.
Pero antes de que la mente se le quedara en blanco por completo, creyó escuchar el ruido de un camión y unas voces que gritaban “Llévenlos al depósito del Corte Ingles que, hace más de un mes, los están esperando”.

Una nueva vida - Alejandro Ramírez Giraldo


Escondido detrás de un árbol, veo a todas las personas que han concurrido a mi entierro. Allí están todos mis amigos y enemigos (que se muestran falsamente compungidos). Está mi madre, mi esposa y mis hijos (lloran aunque no sé si son sinceros). Están mis acreedores, ¡que son muchos! (y no pueden ocultar su sincera preocupación).
No ha sido difícil fingir mi muerte. He tenido que sobornar unas cuantas personas, pero todo ha salido bien. A cambio de eso puedo darme el lujo de suprimir toda mi vida anterior y empezar una nueva. A poca distancia de aquí me está esperando una mujer; huiremos tan lejos como podamos y construiremos una nueva existencia.
El entierro de ella fue ayer.

Tomado del blog: http://www.minicuento.com/

Sobre el autor: Alejandro Ramírez Giraldo

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Cajas Chinas - Olga Appiani de Linares



En la hora inexplicable del crepúsculo las cosas pugnan por revelar su identidad secreta… Y así el árbol se asume nido y ala, y vuela y permanece al mismo tiempo, arropado de plumas y soñando pájaros. Y el camino se funde al fin con el horizonte, en la penumbra se vuelve principio y llegada, alfa y omega de la esperanza y sus pies febriles. Los grillos, borrachos de luna, crepitan, para iluminar de música la noche todavía frágil. Y en cada encrucijada la tierra, vestida de luciérnagas, se sueña cielo, multiplicando la cruz del Sur que ya se asoma, enjoyada y lejana, a contemplar la fiesta de la oscuridad desnuda. Donde se acuna el árbol y las hojas vuelan y el grillo palpita y las luciérnagas arden y el camino abraza las estrellas.

Tomado del blog: http://olgalinares.blogspot.com/

Albada - Víctor Lorenzo Cinca



Oigo tu respiración entre las sábanas, hipnótica y relajada, e intuyo tu presencia a mi lado. Abro los ojos para descubrirte de nuevo, como cada mañana, y apoyado en la almohada, frente a mí, encuentro mi rostro desencajado, simétrico, mirándome fijamente con la misma expresión de espanto que debo tener yo ahora.

Enigmática Infertilidad - David Moreno



Esther deseaba tener un hijo, sentía que a sus treinta años era la hora de ser madre. Llevaba un tiempo intentándolo todo, incluso se había enamorado de Mario. Pero algo lo impedía.
Al principio no llegó a preocupar, pero pasaron los meses y la buena noticia seguía resistiéndose. La inquietud fue en aumento y con ella las visitas a los especialistas. Todas las pruebas de fertilidad resultaron favorables.
La recomendación a seguir fue que buscaran tranquilidad y buenos alimentos.
El tiempo implacable, consumía las esperanzas. Sin darse cuenta, algo se les escapaba a todos.
Las ventanas de su casa siempre estaban cerradas. Y las cigüeñas que de París venían con encargo, se veían obligadas a regresar.

Tomado de http://nocomentsno.blogspot.com/

Sin hojas – María Pía Danielsen



Llevaba demasiado tiempo intentando hacerlo bien. Nunca quedaba satisfecho. Analizaba concienzudamente todas las alternativas posibles: más colores, menos sombras, algo de viento, un poco de agua, un matiz alegre, una pizca de gravedad. Cada etapa era evaluada implacablemente. Y jamás alcanzó sus pretensiones.
Sin ocultar su desencanto, lamentó profundamente su mala suerte.
El libro de su vida carecía de las hojas correspondientes a las instrucciones para su correcto armado.

Tomado de: http://elhuecodetrasdelaspalabras.blogspot.com/

La gula – Fernando Puga



Desenvuelve el bombón con la destreza del goloso; lo delata el hilo de saliva que asoma por la comisura de sus labios. Lo meterá en su boca y dejará que se disuelva la cobertura de chocolate sin violar su regla básica: jamás morder.
Delia sabía que al ver el bocadito con corazón de dulce de leche junto a la taza de café él no resistiría; ni lo pensaría siquiera.
Lo observa ahora saborear con parsimonia el bombón envenenado y disfruta con él. Como buitre ante hiena que agoniza.

Muerte de un mundo - Javier Arnau



En el cielo, hay ahora un infinito resplandor; podemos oler el aire quemado y ver y sentir el ozono en llamas; tenues rescoldos de lo que antaño fueron satélites van cayendo hacia nosotros.
Una mano de dimensiones estelares agarra la atmósfera como si de simple papel se tratara, arrancándola del planeta; podemos llegar a ver como la arruga y la deshecha, como una hoja inservible, una nota mal redactada o, tal vez, un capítulo no válido de la novela de las galaxias.
En la noche hay ahora eternas llamas, en realidad poderosos escudos estelares de cientos y cientos de planetas más allá de nuestra galaxia. Pero que ya no alcanzamos a ver por la muerte de nuestro mundo...

lunes, 20 de septiembre de 2010

Obra maestra - Julio César Pérez Méndez


Miguel Ángel el escultor, quien era conocido por su perfeccionismo, continuaba con la impresión de que algo le faltaba a su más reciente obra: la estatua de Moisés.
Por más que se esforzó, no encontró el detalle que buscaba para considerar que su creación estaba completa. Así que después de dar la última cincelada al mármol, se dirigió a la escultura y le gritó: “Habla”. Pero Moisés no lo atendió: con arrogancia, se limitó a girar su rostro, reacomodar bajo el brazo derecho las tablas de la ley, y retraer un poco el pie izquierdo.
Miguel Ángel se marchó decepcionado.

Sonrisa extranjera - Alejandro Ramírez Giraldo


En la Plaza Botero, el rubio nórdico posa debajo de la escultura de bronce Mujer con fruta. Sonríe a la espera del flash mientras el fotógrafo alquilado le hace un par de gestos políglotas. Recibe encantado la foto instantánea. Pero a pocos pasos de allí ve otro producto que no se ve en su tierra y cree que adornará gratamente su álbum. Le pide al fotógrafo que lo siga y se arrodilla frente a un mendigo que se incorpora cuando el rubio le ofrece como señuelo un billete. Se abrazan y sonríen para la foto en dos idiomas y en dos realidades distintas.


Tomado del blog: http://www.minicuento.com/

Sobre el autor: Alejandro Ramírez Giraldo

El primero - Claudia Sánchez


Amaneció lluvioso. En el aire, había una tensión solapada, una prisa casi imperceptible, como en las últimas horas del año, cuando todos corren por llegar. Con el transcurso de los minutos percibía una quietud que iba creciendo. A través de los cristales mojados solo veía desolación. Cuando aún no cesaban por completo los sonidos de la ciudad, un multitudinario goooooooool albiceleste estalló en el aire proveniente de los cuatro vientos. Ese unísono me emocionó. Entonces yo también encendí el televisor.


Tomado de: http://sanchezclaudiabe.blogspot.com/

sábado, 18 de septiembre de 2010

El Guardián - María del Pilar Jorge



Era un suburbio tranquilo, habitado por vecinos pacíficos.En ese barrio nunca se sentían insultos ni improperios. Además, nadie tenía perros y los gatos eran criaturas mansas que se deslizaban quedamente por las noches.
David disfrutaba tanto de su trabajo de guardián, que la sola idea de alejarse de allí, el día que se retirara, lo aterrorizaba más que la de la propia muerte.
Por eso, metódicamente, durante veintinueve años, ahorró centavo tras centavo hasta que, por fin, se pudo comprar una pequeña parcela donde edificó su vivienda.
Luego de decorar el nuevo hogar, organizó una fiesta y se despidió de sus amigos.
Después de su suicidio, los cuidadores del cementerio juran que, en las noches calmas, se escucha el tintineo de las llaves de David, durante su rutinaria ronda nocturna

Amor en sordina - Claudia Sánchez



Aún me sigue cantando que el amor cuando no muere mata y cuando mata nunca muere.
Aún no entiende que el amor no es compatible con la muerte y que solo vive cuando hay vida.
Aún no acepta que se ha muerto desangrado, por el puñal que le clavaron después de haberle robado.
Aún no sabe que hoy me marcho y dejo su alma en el balcón repitiendo esa canción.
Nunca supo -pobre amor!- que no aguanto a los fantasmas y mucho menos a Sabina.

Tomado de: http://sanchezclaudiabe.blogspot.com/

jueves, 16 de septiembre de 2010

El buen malo – Raúl Sánchez Quiles


Abel mató a Caín, pero se las arregló bien para que las sagradas escrituras contaran para siempre lo contrario. Le bastó con un incesto, un doble parricidio y un sutil cambio en el Génesis. El resto es la historia de la humanidad. La de sus confusos descendientes.

Tomado de Hiperbreves, S.A.

Cuento por necesidad – Sergio Gaut vel Hartman


—Necesito escribir un cuento —dijo el hombre, tan destrozado que ni siquiera parecía humano. El encargado de la agencia le respondió cortésmente: —¿Qué diablos está pidiendo, señor?
—¿Es sordo?
—Sordo y lento; ya no me muevo como antes.
—¿Antes de qué?
—Antes de que pudiera plantear la pregunta.
—¿Qué pregunta? —El hombre destrozado empezó a impacientarse.—Antes de qué, pero con signos, signos de pregunta, de interrogación, ¿entiende?
—Yo tengo un signo, el signo del florecimiento esencial; es venenoso, colérico y perverso. Así quedé.
—Así quedó; lo verifico. ¿Y por qué quiere escribir un cuento?
—Un cuento autobiográfico, no se lo dije; quiero consignar mi desgracia, explicar lo que me ocurrió, alertar a las futuras generaciones.
—Hubiera empezado por ahí. Ya está hecho.
—¿Está hecho? —El hombre destrozado no lograba salir de su estupor.
—Sí, pero el título se lo tiene que poner usted. Son doscientos veintiocho con cincuenta.

La trágica muerte del Dr. Porter – Ruy Feben


Conocí al Dr. Porter en el aeropuerto, dos días después de su descubrimiento. Yo no sospechaba que es un genio de los números. Pero lo es. Hablo de él como si siguiera vivo porque sé que halló un algoritmo para salvarse, o eso espero.
—Cuando descifré el código, apareció una frase —dijo, y apuró un trago de vodka—: “esta noche el Dr. Porter morirá”. El mensaje era del servicio secreto, y no hablaba de un asesinato, sino de un infarto. Alisté mi funeral y muchos, desconcertados, vinieron de lejos. Llegó la noche, pero ningún entierro. Ya ves: ser genio puede ser un serio inconveniente social.
Así que se fue lejos, a Nueva Escocia. No he vuelto a saber de él.

Tomado de: http://elclaxon.arts-history.mx/

Apresurado Lector - Karla Preciado Mendoza



Todo era leer apresuradamente, como queriendo devorar las palabras, como si el aire las moviera hacia la boca, haciéndolas llegar y no fluir del interior. Se atragantaba con las pausas y comas, las destrozaba, las omitía. Tomaba cada punto y aparte como un obstáculo. Leer, leer, leer, para que todos lo escucharan, para que lo observaran aunque sea una vez en la vida, desmenuzando frases, acontecimientos, ficciones.
…Aquel inmundo mosquito se paseaba deprisa de un extremo del libro al otro. Volaba de izquierda a derecha, como pretendiendo comprender. Entonces Alicia, indiferente, cerró de un golpe su libro y el zumbón mosquito desapareció.

martes, 14 de septiembre de 2010

La 65ª invasión – Sergio Gaut vel Hartman


La gran pobreza espiritual en la que quedaron sumidos los marcianos luego de la fallida invasión que terminó por la epidemia de varicela terrestre de 90583, dio lugar a la llamada “decadencia wellsiana”. Pero en 90763 la elite de sangre amarilla produjo el “renacimiento borjiano” y durante la 90ª invasión se enriquecieron tanto que ya no saben dónde guardar el producto de sus afanos… sin dejar de lado el hecho de que el precio del transporte Tierra – Marte se fue a la estratosfera. Es por eso que actualmente es más fácil ver productos marcianos en la Tierra que en el planeta rojo. Las bikinis cuánticas, por ejemplo, son un invento marciano. ¿No lo sabías?

A jiribateizar o morir - Héctor Ranea


Los devaneos azurípalos de Fenisisten lo hacían fácil de encontrar. Se lo reconocía por su zolcillonca de supertitanio manchado con gel de exgeta. El ultracomisario alado lo detuvo en nombre de la Reina Excicra exigiéndole que el octavo elemento le fuese entregado. Fenisisten no lo tenía por haber sido parte del gelifronicador especial y por no tenerlo fue llevado a comparecer ante el Supremo Engralompador Condestable de Urka. Mientras era engrillado, Gautman y Raneval desexcitaron al ultracomisario, lo hipercongelaron, salvando así el pellejo y las otras partes del astrónomo de los terrosos. Ahora, con tres fugitivos, Excicra iba a tener una noche de Cabiria repetida mil veces.

Un mal día en el IMOC - Carlos Feinstein


El reflejo color rijoso del amanizca me dio espiricla. Nada bueno podría pasar después que los terrosos enfugitarán delante de mis conductos verdidosos. Como diría una de esos sujetos, estoy jodipo. Si no atrapo al menos al Raneval, por suerte la esuija de la exgeta conservaba el ADN. Para salvar mi mucosa entroloventral tengo una sola opción, el engaño. Clono al terroso y lo hago pasar como si fuera un original. Bueno no me queda otra. A preparar el gelificóstricolador y transferir el ADN.

Sobre el autor: Carlos Feinstein

Convocatoria – Sergio Gaut vel Hartman


La editorial Uhujadel convoca a todos los escritores del planeta para que participen con sus relatos en una monumental antología de textos de ficción. El tema es: "Esos extraños vecinos". No hace falta aclararlo, ya que no tenemos otros vecinos que los del tercero. Todas las obras presentadas deben basarse en hechos reales y comprobados de la vida y desaguisados de esas tenebrosas y pervertidas criaturas. La extensión recomendada es: no menos de tui guhefas y no más de reu guhefas. Cada relato será remunerado con fee uhuvales. Fecha límite: reu de dekal del presente año. ¡A trabajar!

domingo, 12 de septiembre de 2010

Coordenadas – Pablo Moreiras


Escribo a orillas de la tarde, sentado con los pies colgando en el acantilado de la noche, solo con luz y vino en un lugar y un tiempo llamados postmodernos, y que conforman las coordenadas de mi vida.
Escucho como llega la noche, a modo de sonidos de pájaros que mueren en un fugitivo y último vuelo, el fugaz relámpago de una bicicleta cruzando el instante, voces de personas que se apagan y desaparecen en la faz del tiempo que transcurre.
Yo sigo aquí, sentado y escrutando el horizonte abstracto del mundo, su último e imposible significado, el mío propio, mi yo más íntimo, en medio de tanto todo y tanta nada, en medio de una vida -extraño ser- que sé cuando empezó, y no sé cuándo acaba.

Tomado de: http://sevendepoesia.blogspot.com/


Acerca del autor:

Del "Diario" de Kafka — Saturnino Rodríguez Riverón


Entre dos estaciones no hay que dudar en emprender la marcha hacia el objetivo. En estos casos el azar muestra sus colmillos lúdicos. Alejarse con premura de la marcación media es lo recomendable. Porque si bien nos acercamos al peligro, el peligro mayor puede haber quedado atrás. Reconforta saber que el camino paliará cualquier fatiga. La distancia opone y permite. El hombre camina. Entre dos estaciones es conveniente alejarse de la marcación media.

Monstruo 1- Lilian Elphick


Tiene dos ojos, una nariz aguileña y delgados labios. Cuando aparece en el sueño, es él el que corre despavorido y soy yo la que tiene la llave en la mano. Él trata de abrir la puerta, mientras yo lo arrincono y le pongo la cadena al cuello. Lo llevo al sótano y ahí lo encierro. Antes de despertar, le grito: No digas que no te lo advertí.

Equívoco capilar – Héctor Ranea


Cuando llegó al negocio pensé: –Otra vez, ¡el diario se equivocó!
No tenía clientes así que él, siempre atildado y correcto, fue directo al sillón; mi ayudante le ofreció su revista de historietas preferida, mirándolo sorprendida, y me ayudó a ponerle las toallas. Antes de que yo tomara la tijera, me dijo:
–Mirá Pipo, si no te molesta que te de indicaciones: por favor cortame lo más corto posible y háganme las uñas, por favor. Viste cómo es. En esta situación el pelo es ingobernable y las manos, ni te cuento.
Asentí con la cabeza.
–Ningún problema, che. Con tal de que salgas contento.
–Es que en el jonca me resulta complicado peinarme y de las manos, ni hablar –explicó.
Cuando se fue, cerré el negocio; nos miramos con mi asistente y decidimos cambiar de ciudad. Esto se estaba llenando de zombies. Era el cuarto en la semana.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Vuelo - Claudia Sánchez

Lo sabía todo aunque fingiera que no. Su olfato rara vez fallaba. Algo de cuero mezclado con violetas le hablaban de una mujer elegante. El cabello largo, rojizo, hecho un rulo debajo del cuello, le decía que la mujer era joven e impetuosa.
Ya podía imaginarlos haciendo el amor una, dos, tres veces, en ese rato en que seguramente se escapaban de la oficina. Sus ojos se nublaron, pero esta vez tampoco le diría nada.
La camisa, al lavarropas. El jabón y el suavizante borrarían todo vestigio de que su hijo, en cualquier momento, dejaría el nido.

Tomado de: http://sanchezclaudiabe.blogspot.com/

Talismanes - Daniel Frini


Pata de conejo; relicario con una astilla de hueso de la mano izquierda de San Macario mártir; genio en la botella —quizá el mismo que obnubiló a Aladino—; herradura de siete agujeros que perdiera Babieca en una escaramuza durante el largo sitio de Valença; trébol de cuatro hojas encontrado en la base de los Highlands escoceses, en la primavera de mil novecientos noventa y tres; canto rodado con la runa Eoh grabada en él, hallada en las orillas del Liger, cerca de donde éste se vierte en el Atlántico; un viejo talit, descolorido, que según la tradición perteneciera al mismísimo Rabbí Moshe ben Maimón; escapulario de la Inmaculada, de un azul desvaído; ta’weez que usó el muftí Ahmad ibn Adam cierta vez que se quebró tibia y peroné; grigrís que preparara un Babalorixá de Pernambuco; eguzki-lore robada de un caserío de Barakaldo, los ocho ashta mangala del budismo vajrayāna.
No hubo caso. Fueron al alargue y después perdieron por penales.

Sobre el autor: Daniel Frini

Cuidado escalón – Sergio Gaut vel Hartman

Desoyó la advertencia y cayó. Y mientras caía comenzó dos cuentas paralelas. Contó los escalones y los huesos que se le iban quebrando. No pueden ser más los escalones que los huesos, reflexionó. En un punto, casi pierde la cuenta, pero no la perdió. Treinta y nueve escalones; diecisiete huesos. La asimetría está asegurada, concluyó, casi feliz. Le encantaba la asimetría. El cuerpo humano sólo tiene doscientos seis huesos y esta escalera no puede tener doscientos siete escalones. Sin embargo, omitió un detalle importante: al pasar por el centésimo escalón, llevaba varios minutos muerto. Se encogió de hombros y siguió cayendo.

Tras la cortina - Serafín Gimeno

En el Departamento de Estudios Psicológicos Avanzados, Universidad de Yale, sección cuarta a mano derecha, se realizó un interesante experimento sobre el poder de la sugestión femenina. Para ello, fueron escogidas tres chicas y se las encerró en tres habitaciones distintas. El estímulo de la prueba consistía en unos zapatos depositados bajo una cortina, de modo que la punta de los mismos sobresaliera de un modo evocativo; como la insinuación de una presencia oculta.
La chica de la habitación A juró que, por encima de los zapatos, vio una forma humana recortada tras la cortina.
La chica de la habitación B, además de ver una forma, escuchó una respiración entrecortada.
La chica de la habitación C murió asesinada.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Click – Sergio Gaut vel Hartman


Mientras esperaba que le trajeran el pedido tomó una foto panorámica de su vida y al revelarla descubrió que había muerto en algún punto entre los 19 y los 23. Luego volvió a morir el 21 de septiembre de 1976 y una vez más durante aquel verano en Pinamar, después de separarse de Patricia. Se preguntó cómo sería morir definitivamente, pero el mozo puso el plato de mondongo guisado sobre la mesa y cortó el hilo. No llegó a probarlo. Cuando volvió a la vida, Patricia le estaba sirviendo una abominable tortilla de zapallitos. Se levantó, fue hasta el aparador en el que guardaba la Beretta 92, puso el caño en la boca y se tragó la bala. Nunca supo cómo llegó a la foto que Patricia, orgullosa, le mostraba a sus amigas.
—Esta se la saqué en Venecia —dijo.
—Miente —murmuró él. Pero fue inútil.

Manual del alumno – Héctor Ranea


El maestro enunciaba una y otra vez el Teorema del Valor Medio, el Teorema de Thales, el Teorema de Rolle, el Teorema de Gauss. Repetía incansablemente el Teorema Fundamental del Cálculo, el Teorema Fundamental del Álgebra. Todo de acuerdo a lo que figuraba en el Manual del Alumno aprobado por el Consejo Escolar en un todo acorde a los contenidos procedimentales aconsejados por el Gabinete Psicopedagógico del Superior Ministerio de la Educación. Eso sí, algo desordenados. El alumno estaba algo tenso. Recibía los análisis con poco entusiasmo o incluso ninguno. Parecía que estaba demasiado tieso en su silla. Hacía siglos que su batería nuclear estaba agotada. La del maestro todavía tenía carga, pero no dejaba que funcionaran sus circuitos de evaluación lógica. Estaba al garete.

lunes, 6 de septiembre de 2010

De cuentos V - Daniel Frini


—¡Ya van a ver cuando sea grande, manga de pelandrunes! ―decía el Patito Feo, llorando, ante las carcajadas de sus hermanos. Ya se sabe lo crueles que pueden ser los niños.
Al crecer, todos dejaron la laguna materna para conocer otras; con buena suerte algunos, mejor los demás.
El Patito Feo no. El se quedó en su «terruño», donde al menos lo conocían. Ya no se burlan de su aspecto y, por cansancio, se ganó cierto respeto. Sólo de tanto en tanto algún patito nuevo se asusta. Quedó pato, quedó feo. Jamás fue bello, jamás fue cisne.

Sobre el autor: Daniel Frini

Botas - Andoni Aldasoro Rojas


El tipo no frenó. Los insultos dieron paso al manoteo. Mientras lo veía por el retrovisor movía los dedos de los pies. La elección del calzado me hizo estrenar una sonrisa... que ahora reinauguro al sentir los ya blandos dientes del imbécil cediendo a los casquillos de mis botas.

Días que se escapan – Victoria Peralta Wagner


“Hoy no parece sábado”.
Decía eso, lo pensaba. Hoy no parece sábado. Y no, de hecho no parecía.
Corría todas las semanas; martes, jueves y sábados; uno que otro lunes quizás. Pero ahora corría y no parecía sábado y, aunque no sabía bien que día podía llegar a ser, tenía la sensación de que no hacía falta saberlo. De repente vivir sin días estaba bien. Vivía sin días porque sabía que cuando los quisiera de vuelta podía pedírselos a alguien, tomarlos prestados, volver a la rutina y quizás recuperar los suyos si le gustaban.
Sus días ya no eran suyos del todo, lo eran pero no enteros. Ahora eran muy de otra persona, muy de él. Muy de los dos cuando se veían. Pero se olvidaban que era sábado. Se olvidaban de la hora y podían ver atardecer o amanecer indiferentemente, riéndose, despeinados.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Amor a primera vista - Samanta Ortega


Cuando la vio pasar supo que era la mujer de su vida, hasta el instante en el que se distrajo y miró a la señora que la acompañaba, su madre. En ese mismo momento decidió darle una segunda oportunidad en la cocina.

Legítima defensa - Lilian Elphick


Veintisiete huesos dentro de mí, un revolotear de uñas y cutículas, tu dedo índice sermoneándome mientras se deshace, el anular perdido para siempre. No estoy arrepentida, la boca está bien puesta, aunque tenga la lengua un poco ahorcada y la mandíbula como la de una boa. Quizás deba ir al dentista. Tu sangre tiñó mis muelas y se está coagulando en mis encías. Arg. Y a la jueza le diré la verdad y nada más que la verdad: que tenías la mano dura.

Búsqueda eterna - Claudia Sánchez


Finalmente estaban frente a frente. Después de siglos de espera, la tenía a pocos pasos, contra una pared.
Pero cuando todo comenzó a licuarse, comprendió que se volvería a escapar. El cuadro tras de sí le abrió el portal a otra dimensión y en un rápido movimiento se la tragó. Las súplicas, inútiles, se convertían en flores al tocar el lienzo. La vio alejarse, su sonrisa oleosa, sobre un río cromado.
El portal se cerró y Apolo volvió a quedarse solo. Dafne nunca llegaba a escuchar en qué debía transformarse para que la historia siguiera su curso.


Tomado de: http://sanchezclaudiabe.blogspot.com/

Requiem de alas - Olga Appiani de Linares


En el olvidado rincón de la ventana yace, / (petrificado espanto) / lo que alguna vez fingió ser mariposa / y ahora, / vaya una a saber / bajo qué forma brilla / en otra instancia, / que la habitual ceguera de mis ojos no percibe


Tomado del blog: http://olgalinares.blogspot.com/

De telenovela - Rita Vicencio


Ella me habló hecha un mar de llanto. Él la ha abandonado. Me dice que al menos si hubiese sido por una más joven podría entenderlo, pero no es así. Él la ha dejado. Sin explicaciones, sin amoríos de por medio. Simplemente se ha marchado tras dedicarle una última mirada de aburrimiento. Y me muerdo los labios por no decirle lo que hace tiempo era obvio, aunque muero de ganas por hacerlo. ¿Cómo explicarle que la emoción a su lado había terminado? ¿Cómo hablarle de lo repetitiva que se había vuelto? ¿Cómo, en pocas palabras, hacerle entender que en su afán de transformar su vida en una telenovela había acabado por perder con él su rating?


Tomado del blog: http://saborajenjo.blogspot.com/