miércoles, 30 de junio de 2010

Borges y Kafka – Sergio Gaut vel Hartman

Borges y Kafka caminaban por una calle cualquiera, tal vez en Ginebra, Praga o Buenos Aires; a los efectos de esta historia es irrelevante. De pronto, de un edificio en ruinas, sale un monstruoso insecto acorazado.
—¡Gregor! —exclama Kafka.
—¿Es Gregor Samsa? —pregunta Borges.
—En efecto, pero está muy desmejorado.
—Amarillo. Sospeché desde un principio que estaba enfermo de ictericia o por lo menos de una enfermedad hepática.
—Nada de eso. Está cubierto por la arena que cae de uno de sus libros.
—No sea ingenuo, querido Franz. Si mis libros sangraran arena alguien se ocuparía de comercializarla como si fuera oro en polvo. 

Bajo coacción - Javier López

—¿Vas a decir de una vez la verdad? —gritaba el torturador mientras tensaba un poco más la cuerda.
—La he dicho. Lo que he dicho hasta ahora es la pura verdad. No soy responsable de lo que se me acusa —respondí entre sollozos, casi gimiendo.
—¡Confiesa, maldito cabrón! ¿Te crees un tipo duro? ¡Te partiré el cuello si es necesario! —gritó de nuevo, dando una vuelta más al garrote, que ya me estaba asfixiando.
—Está bien. ¡Lo confieso! Pero deje de torturarme, no puedo soportarlo más. Me llamo Javier López y soy el autor de esta microficción. Y ahora suélteme, ¡que me ahogo!

Otra cosa - Óscar Román Alconada

No sabíamos qué regalarte, porque tienes de todo. Esperamos que te guste; nosotras ya la tenemos y estamos encantadas. Es posible que al principio no sepas manejarla, por el idioma, pero aprenden en poco tiempo. Son muy despiertas. Pruébala unos días, y si ves que no funciona, te la cambiamos por otra cosa. No la llames esclava, ni criada, ahora es una asistenta.

Tomado de http://oscarroman.com/

Invisible - David Moreno


La cena se enfriaba en la mesa y como si nada hubiera pasado, mis cubiertos descansaban sobre el mantel. En la televisión empezaba nuestra serie favorita y en el frigorífico seguían colgadas las fotos de la excursión al zoo de Barcelona.
Una alarma procedente del reloj de la cocina marcó las once en punto, la hora de nuestro beso periódico, una tontería de enamorados.
Y en ese instante, observando un mundo que no hace mucho me pertenecía, me quedé más gélido y pálido si cabe, intentando en vano secar las lágrimas que le caían por las mejillas.
Si aquel día no hubiera cogido el coche…

lunes, 28 de junio de 2010

Memoria - Edmundo Valadés *


Cuando alguien muere, sus recuerdos y experiencias son concentrados en una colosal computadora, instalada en un planeta invisible. Ahí queda la historia íntima de cada ser humano, para propósitos que no se pueden revelar.

Enfermo de curiosidad, el diablo ronda alrededor de ese planeta.


* Publicado en El Cuento, tomo XVI, año XXIII, núm. 101, ene.-mar, 1987.

Especulejos - Sergio Gaut vel Hartman


La voz exclama: ―¡Salte!―. Salto, pero caigo en otro espejo.
Un reflejo trata de aprovechar la situación y dice: ―Soy el original; ¡agarren al impostor! ―Miente, pero igual corro hacia las profundidades del espejo para no ser atrapado.
—¿Adónde va? ―El que me toma del brazo es un especulador de poca monta, similar a esos que venden puñados de yuans para comprar migajas de euros; pienso que sigo enredado en la trama de los irreflexivos, aunque los hechos parezcan asegurar lo contrario.
—A una entrevista laboral ―me defiendo―. Uno me citó para protagonizar una microficción.—¿Usted también cayó? ―dice riendo a carcajadas.
—¿Muchos cayeron?
—Todos. ¿Qué le prometió?
—El oro y el moro, si lograba liquidarlo en ciento cuarenta y nueve palabras.
—¿Lo logró?
—No lo creo. Esto debe tener como doscientas.
—Nadie lo logra. ¿Contando el título y el nombre?
—Sin.
—Cuéntelas.
—Ciento cuarenta y nueve —digo estupefacto.

¡Son todos inventos! - Daniel Frini


¡Se lo digo yo! ¿Que invadimos la Tierra? ¡Ja!. Es una cortina del gobierno, para disimular el verdadero problema de la falta de agua acá en Marte. Nunca salimos de este planeta. Las fotos y los videos fueron tomados en los estudios de cine de Syrtis Major, y los noticieros solo repiten lo que dictan desde el Ministerio de Propaganda Marciano.

Sobre el autor: Daniel Frini

En el restaurante - Javier López


—¿Usted no pide nada de comer? —me preguntó el jefe durante la cena de empresa.
—No. Yo me alimento de minificciones —respondí con convicción.
—A ver... explíquese. No le entiendo —inquirió él nuevamente.
—Pues si hubiera pedido bistec, como usted, no habría tenido lugar esta conversación. Y entonces no estaría escribiendo esto, que es una minificción —apostillé.

Furia - Carlos Feinstein


Enfurecido, volví al lugar donde fui atacado, con sed de venganza y el peso de una pistola. Lo vi y avancé contra él. Pero no sirvió de nada. Recién en ese momento tomé conciencia de estar muerto. Apenas era un fantasma.

Sobre el autor: Carlos Feinstein

sábado, 26 de junio de 2010

Insoluble – Sergio Gaut vel Hartman


No existe ninguna razón para suponer que hay alguien más en la habitación; todos los indicios apuntan en sentido contrario. Me encerré con el propósito de terminar de escribir este cuento y es preciso que sea de este modo: el siguiente es el último día del plazo para entregarlo. Pero tras siete cigarrillos, cuatro tazas de café y tres horas de estrujarme el cerebro, sólo he adicionado setenta y ocho palabras al titulo. Y en cuanto a la calidad… Estoy demasiado desquiciado por el cansancio como para que eso importe. Lo único que quiero es terminarlo, completar las ciento cincuenta palabras requeridas y luego tomarme tres litros de cerveza y dormir una semana entera. Alzo los ojos y les permito que vaguen de la puerta a la ventana y del suelo al techo. No obstante, y en contra de todos los pronósticos, el asesino sale del armario y me liquida.

Hipatia - Lilian Elphick



A Virginia Vidal

Los ciegos me arrancan los ojos, los ignorantes me extirpan el conocimiento, las madres muerden mi útero. Todos saborean la ecuación del odio, que es simple como un espejo.
En el nombre de Cristo.
Y en mi nombre quedan las estrellas, el agua gota a gota, el amor a la palabra.

Mientras - Carlos Rodríguez Arévalo



El instrumento de metal dejo de mover el café dentro de la taza cuando este ya estaba suficientemente endulzado, la silla se movió hacia atrás alejándose de la mesa y el piso crujió en camino hacia la puerta, la cual, después de haber girado la perilla se abrió completamente dejando entrar un poco de viento helado que estremeció el humo que la taza de café despedía. La silla volvió a su lugar con un rápido movimiento mientras la puerta se cerraba agresivamente y todo quedó en calma. Todo en calma, al menos hasta que alguien finalmente llegara a casa.

Sobre el autor:
Carlos Rodríguez Arévalo

jueves, 24 de junio de 2010

Moderno Aeda — Saturnino Rodríguez Riverón



Aquí tienen a Homero, alborozado junto a sus nuevas adquisiciones: un buró de caoba con silla giratoria, un armario de palosanto, rutilantes plumas de fuentes, cuartillas inmaculadas, textos de referencia y una luyida “Historia de la Grecia Antigua”. Sólo espera la visita del oculista, sus ojos ya le traicionan, para comenzar a escribir “La Odisea”.

Imagen: Helen of Troy de Dante Gabriel Rossetti en http://www.liverpoolmuseums.org.uk/

Preguntale a la palabra - Arantza Ruiz de Mendarozqueta



Era una tarde otoñal. Ella leía su libro con mucha dedicación, con mucho entusiasmo. De repente, la niña apartó su vista de la hoja para mirarme y preguntarme.
—“Assertive”, en inglés, sería “asertivo” en castellano, ¿Verdad?
Yo, sin haber aprendido nunca el idioma y sin saber si era correcto, contesté sin pensarlo.
—Preguntale a la palabra.
Ella, confundida, arrugó la frente y se quedó mirando fijamente el horizonte, tratando de comprender mi respuesta. Pero, después, fui yo el que se puso a pensar sobre la oración. Tomé mi cuaderno, y empecé a escribir.
“Preguntale a la palabra. Yo no sé como haría para preguntarle algo a una palabra, si no sabe hablar. Sólo sabe escribirse a sí misma, y quedarse quietita en el papel. Su única función, es que la lean. Y nada más.”


Imagen: Der Tagtraum de Danta Gabriel Rossetti en http://commons.wikimedia.org/

Protagonista en apuros - David Moreno


Mi lector abrió por la página en la que se había quedado el día anterior. Intentó retomar el hilo de mi historia, pero fue imposible. Un fuerte y repentino viento hizo desaparecer en un remolino las palabras en ella escritas. Por suerte me salvé en el último momento agarrándome a una exclamación que estaba bien impresa al papel.
Pasada la tempestad pretendió seguir leyendo pero no sé por dónde guiarle. Estoy rodeado por una blancura que parece eterna.

Tomado de http://nocomentsno.blogspot.com/
Imagen: Christina Rossetti de Dante Gabriel Rossetti en http://www.britannica.com

Unwritten - María Fabiana Calderari


En medio de un jardín blanco, sin laberintos ni escondrijos, me pierdo.
Una vaga idea infestada de absurdidad. Repeticiones groseras. Rimas inútiles. Sustantivos débiles. Adjetivos. Adjetivos. Adjetivos.
Imagino un lector incómodamente sentado, boquiabierto, jadeando sobre el libro, dormido de aburrimiento. Un editor desinteresado. Una tragedia.
Estas letras no hubieran germinado, asevero. Escondo la prosa en la papelera.
Otra vez las recicla mi cabeza y reverberan desordenadas, rastreando un jardín blanco…

Imagen: Jane Morris (The Blue Silk Dress) de Dante Gabriel Rossetti en http://www.liverpoolmuseums.org.uk

Perséfone- Lilian Elphick


Dada la oscuridad, tengo la lengua negra de tanta escritura; a veces me reflejo y soy la lupa en el lupanar. Perséfone, Perséfone, me llaman desde arriba, y yo lanzo granadas para que se callen de una vez por todas. Me he acostumbrado a este ambiente underground. Hades nunca está y puedo escribir en este cuarto propio la añoranza de la luz.


Imagen: Proserpina de Dante Gabriel Rossetti en http://commons.wikimedia.org/

domingo, 20 de junio de 2010

Relatos de una Biblia apócrifa – Carlos Feinstein


El arca estaba terminada, los animales en sus jaulas y el diluvio comenzaba. Noé como todo campesino de la pradera no era un ducho en las cuestiones del mar. Fue una verdadera lástima su impericia como navegante. El inevitable naufragio ocurrió al tercer día. Hoy a 3500 años del naufragio, la tierra continúa muerta.

Sobre el autor: Carlos Feinstein

Una famosa adivina de TV nos dijo hace veinte años - Daniel Frini


—El destino de la humanidad se encuentra escrito en la borra que deja la sal en el fondo marino.
Desde entonces, estamos dale que te dale tomar agua. Mi vejiga no aguanta más, y el nivel del mar ha bajado apenas dos metros.

Sobre el autor: Daniel Frini

El pensamiento - Walter Böhmer


El cazador tensó el arco, respiró hondo; el secreto estaba en la respiración. “Que el disparo te sorprenda”, oyó decir a su instructor en la cabeza. El cervatillo levantó la vista asustado y comenzó a correr.
―Debo pensar más bajo– se dijo y volvió a dormir.


Tomado de Apología de los Miedos

Fábula del abandono - Lilian Elphick


Un día, Tigre miró por última vez a Fábola, y partió a las praderas del cazador y de la sangre, donde la luna siempre estaba llena y podía alumbrar todos los deseos.
Entonces, Fábola se decidió a hablar y dijo:
Soy una voz que se aleja hasta hacerse inaudible.
Soy un corazón que huye para encontrarse con su propio miedo.
Soy palabra sin significado.
Soy silencio de las manos.
Camino con los zapatos al revés.
Dejo esto, ahora, en blanco
Y así, Fábola, abandonada de sí misma, fue recogida por la escritora que cavó y cavó hasta depositarla en lo más profundo de sus sueños.

Lucha - Javier Arnau


Mientras el mundo me observa, yo alinéo a mis hordas frente a él; una lucha constante, de poder a poder, entre el planeta que nos vio nacer, pero que nos deshechó, que nos apartó de su vera considerándonos no aptos para sus planes futuros. Pero sobrevivimos al vacío estelar, al frío de las galaxias, al viento entre los mundos, y a un Universo que nos dio la espalda. Y nos fuimos reuniendo, y trazando nuestros planes de venganza contra nuestro mundo natal, contra el Imperio forjado sobre la crueldad y la falta de sentimientos; contra un Universo que fue capaz de mirar con indiferencia nuestros sufrimientos y nuestra agonia, pero que no consiguió detectar nuestra determinación, nuestra Fuerza Interior, nuestra lucha por la supervivencia, y nuestra extrema ansia de venganza.

La cinta de Moebius – Sergio Gaut vel Hartman


—¿Qué le anda pasando?
—Verá, doctor; desde hace algún tiempo me siento nervioso, perplejo. Ellos aparecieron de repente y se fueron de inmediato. ¿Qué ocurriría si regresaran y resolvieran quedarse? Soy un hombre práctico y debo tomar este asunto con la mayor seriedad: quiénes son, cómo vinieron y qué buscan aquí. En el nivel más elemental, debo pensar en mis propios cambios; debo estar preparado. ¿Y si yo fuera completamente redundante en el sistema de ellos?
—¿A qué se dedica?
—Escribo cuentos fantásticos, como éste, en el que acabo de incluirlo a usted.
—En ese caso, ¿no soy real?
—No lo es, lo siento.
—Entonces no se preocupe: ellos tampoco.
—¿Y yo?
—Menos que menos.

viernes, 18 de junio de 2010

Vida postiza - David Moreno

Se miró al espejo. Se quitó la peluca y los pendientes, limpió su rostro de los restos de maquillaje y guardó raudo y veloz los zapatos de tacón en el armario. Seguidamente cogió una cerveza de la nevera y se sentó en el sofá para poner un partido de fútbol en la televisión. Su mujer estaba a punto de llegar.

Karma de los villanos - Daniel Frini


Levanté mi mano, y me cortó dos dedos con su mirada de rayos láser. Quise patearlo. Se hizo invisible y me pegó con su puño de piedra en mis riñones. Caí y me levanté, pero él ya había volado hasta el techo cercano. «¡Pelea, cobarde!», le grité. Debo haberlo puesto nervioso, porque se transformó en un hombre verde de casi tres metros de alto. Quise huir, pero me envolvió en una especie de baba blanquecina que salió de sus manos. Me entregó a la justicia.
Jamás ganaremos en tanto que los héroes no peleen como hombres, de igual a igual, sin esconderse cual maricas detrás de sus poderes. No es justo.

Sobre el autor: Daniel Frini

El orden de las cosas – Ruy Feben

Coloqué la penúltima y metí la mano a la caja: la última pieza del rompecabezas (juraría que la vi minutos antes) no estaba. Busqué por todos lados (“la fe arma rompecabezas”), pero a mi Mona Lisa le faltaba aún una pupila.
Miré de nuevo el rompecabezas, con vértigo: le faltaban ahora más piezas; la Mona Lisa había perdido una manga de vestido, media sonrisa. Volteé para buscarlas bajo un sillón que (estuvo ahí siempre) no pude hallar. Más cosas se esfumaron cuando no las veía: ventanas, jarrones, la foto de mi hijo muerto, el rompecabezas entero (el horror): todo haciéndose nada.
Temo dormir: dejar el universo (desvaneciéndose pieza por pieza) a mis espaldas.

Tomado de: http://elclaxon.arts-history.mx/

Pretensión - Julio Ricardo Estefan


Mademoiselle Leblanc, desde su tierna adolescencia, esperó la llegada del príncipe azul. Fatigaba los días entre las lecciones de francés, que dispensaba a sus alumnos, y las clases de piano a las que acudía, religiosamente, dos veces por semana.
Cierto día, cuando Mademoiselle Leblanc ya había pasado holgadamente la tercera década, el príncipe se presentó. Ella lo miró de soslayo e, inmediatamente, lo rechazó.
¿Cómo había osado presentarse con ese horrible color azul marino cuando ella siempre había esperado ese otro tono delicado, azul Francia?

Consejos para hacer dormir a un dragón - Lilian Elphick

1. Dele zanahorias.
2. Acuéstelo al pie del árbol y abrigue sólo sus alas.
3. No le haga cariño.
4. Cuéntele historias de dragones vencedores en cruentas batallas con caballeros de capa y espada.
5. Cuando esté dormido, cierre los ojos, acurrúquese junto a él.
6. No vaya a pensar que usted es el dragón y que está solo e insomne, encerrado en el gran libro de los mitos universales.


Tomado del blog:http://lilielphick.blogspot.com/

sábado, 12 de junio de 2010

Prohibido transformaciones - Walter Böhmer

―¿Qué cree que está haciendo?
―Me estoy transformando, ¿no ve?
―No se pase de listo, claro que lo veo. Es una pregunta retórica.
―¿Cuál es el problema entonces, oficial?
―¿Es usted ciego? ¿no ve ese cartel? Prohibido transformaciones.
―Disculpe, no lo había visto. Se confunde con el prohibido pisar el césped, prohibido bañar animales, prohibido arrojar basura. Cansa un poco, más si es alguien como yo que no le gusta leer; algunos carteles tienen simpáticos dibujos, quizá así les prestaría más atención.
―Ya no estamos en la Edad Media Señor. Ahí tiene un probador. Y por cierto, llévese la ropa una vez transformado, siempre quedan y despiden olor a perro mojado.


Tomado de Apología de los Miedos

La fe mueve montañas - Eduardo Mancilla


En la tierra del sol naciente, dos monjes ya ancianos presumían al borde de un acantilado.
—¿Recuerdas el monte que se elevaba en aquel valle? —preguntó uno de ellos mientras señalaba a sus espaldas, y sin esperar respuesta, dijo—: Ese monte lo he desmenuzado con la ayuda de la fe.
—¿Ah, sí? ¿Has hecho eso? —preguntó el otro—. ¿Y cómo has logrado semejante milagro?
—Con 9 puntos en la escala de Richter.

Exorcizo te - Daniel Frini


—¡Fue ese señor, papá! —gritó el pequeño demonio mientras señalaba con su dedo —, ¡él me obligó a abandonar el cuerpo de mi huésped!
El aterrorizado sacerdote se quedó paralizado frente al terrible leviatán de más de tres metros de alto, ojos rojos, serpientes por cabellos, piel erizada de pústulas, manos como garras, piernas de caprino y fétido, en su olor a azufre.
—¿Así que usted le tiró agua bendita a mi hijo? —inquirió en latín el horroroso padre, mientras se acercaba al exorcista blandiendo su espada llameante.

Sobre el autor: Daniel Frini

domingo, 6 de junio de 2010

Libros en fuga - Alejandro Ramírez Giraldo


Mientras el anciano escritor se dedica a escribir sus memorias, su inmensa biblioteca está en fuga. Primero parten los más antiguos, unos poemas de amor que el escritor leyó en su juventud. Luego se unen a la rebelión las novelas contemporáneas, el ensayo y los demás clásicos que habitan ese recinto olvidado.

En la caótica desbandada, ninguno de los bestsellers sobre liderazgo se atreve a comandar la huída. Algunos libros se refugian en bibliotecas públicas o escolares, otros terminan sosteniendo puertas o equilibrando mesas cojas, pero casi todos llegan hasta la costa y se quedan en la orilla buscando una botella para lanzarse al mar.

Tomado del blog: http://www.minicuento.com/

Sobre el autor: Alejandro Ramírez Giraldo

El cristal – Ruy Feben


Para Javo, que siempre se acuerda de sus sueños

Esta noche Javier tendrá tres pesadillas:
Primero aparecerá en un auto corriendo a la velocidad del miedo, sin poder controlar su cuerpo; se impactará contra un muro, sentirá su rostro explotando contra el cristal. Despertará sofocado.
Volverá a dormir. Soñará que vuela sobre su cuerpo tendido en el pavimento, sobre el río de sangre. Intentará despertar miles de veces: cada intento revivirá el rostro contra el cristal, como mosca contra la ventana.
Finalmente tendrá su tercera pesadilla: aparecerá en este momento exacto, escribirá estas líneas, estas palabras que ahora escribo sin poder detener mis manos, mirará con horror cada letra, y todo comenzará de nuevo.

Tomado de: http://elclaxon.arts-history.mx/

Será justicia – María Pía Danielsen


La propiedad inmueble sede del hogar conyugal se adjudica a la esposa y a los hijos menores de edad. El vehículo utilitario al esposo. Se establece un amplio régimen de visitas. Le corresponde a la dignidad de ella el sesgo de la certera hoja de filo inclemente. El aburrimiento y la indiferencia al ego de él. A ambos un mar de olvidos, mareas de distancias y el fracaso vestido de humanidad.

Tomado de: http://elhuecodetrasdelaspalabras.blogspot.com/

El cántaro y la fuente - Óscar Román Alconada


Ninguna alarma se le resistió en nuestra urbanización, todas fueron desactivadas. De esa casa se llevó un televisor; de ésa, el coche del garaje; de ésa se llevó las joyas; de ésa, un ordenador; de la última se llevó el fruto de una escopeta que velaba, sin alarma, temerosa.

Tomado de http://oscarroman.com/

miércoles, 2 de junio de 2010

Castillos en el aire - Víctor Lorenzo Cinca


Sentado en la mesa del bar, pensando en ti, iba colocando, apoyadas unas sobre otras, las cartas de mi vieja baraja. Cuando puse las dos últimas apuntando hacia el cielo, te acercaste, cogiste una de la base ―el as de corazones― y te alejaste sin tan siquiera girarte, quizás para no ver cómo se derrumbaba mi hermoso castillo de naipes.

Tomado de Realidades para Lelos

Enroque - David Moreno


Durante siglos fue legal el castigo físico en las escuelas con el objetivo de corregir las travesuras y desobediencias de los niños. Se les azotaba y golpeaba con correas y varas. Llegó un día en que estos métodos fueron prohibidos.
En la actualidad, la violencia en las escuelas está de nuevo presente. Y quizá llegue un día en que se prohíban como método de castigo hacia los profesores.

Corrupción - David Moreno


Una manzana podrida pudre al resto. Así nos lo enseñaron en el colegio. Es ley de vida: al juntar lo bueno con lo malo, todo empeora. Lo teníamos claro cuando nos castigaban “solidariamente” sin excursión o sin recreo. Y lo callamos ahora, solemnemente, con cara de no saber nada, de ignorarlo todo, cuando el señor juez nos pregunta si nuestro compañero de partido se quedó con lo que no era suyo.

Tomado de http://nocomentsno.blogspot.com/