domingo, 28 de junio de 2009

Sueños rotos - Adriana Menéndez


Se despierta con la boca seca y perturbada. Va a la cocina para servirse un vaso de agua y así borrar la cara sin rostro, el sabor amargo y la certeza de no poder nunca alcanzar algo que está tan cerca. El agua es inútil; ya lo dice el refrán: la realidad supera ampliamente a las pesadillas. Sólo quiere entonces poder vender sus recuerdos al mejor postor y con ese dinero comprar ingenuidades nuevas. Volver a pensar en la posibilidad de que haya buenos y malos. Se queda en el sillón del living, mirando una película que no entiende.


Tomado de: http://adriana-menendez.blogspot.com/

2 comentarios:

José Ignacio Lacucebe dijo...

Complejo vender recuerdos y falaz comprar ingenuidades.
La realidad es que hay muy buenos, bueno, menos buenos, algo malos, y perversos.
Seguro que alguno de ellos aparece en la peli.
Hasta pronto

Salemo dijo...

Me hizo acordar a esa sensación de estar pero no del todo que uno a veces tiene. Por suerte, pasa rápido.