martes, 23 de diciembre de 2008

Encuentro - Héctor Ranea



La hechicera de Nínive, condenada a la eternidad junto a Gilgamesh pero de menos fama, había encontrado la manera de morir. Se habían dado cita para hacerlo juntos, en un hotel alojamiento, no por amor (aunque algo hubo, porque cenizas quedaron) sino por hastío.
Gilgamesh caminaba ansioso hacia ahí cuando Robin Wood lo reconoció como un inmortal reconoce a otro. El mesopotámico calculó que llegaría a tiempo y convidó al creador a tomar café en un bar de la calle Tucumán.
Una palabra lleva a la otra y esa trae recuerdos. Wood le comentó sus proyectos con Nippur (un casi amigo de Gilgamesh), Jackaroe y tantos otros.
La hora para encontrarse con la hechicera de Nínive pasó. Al darse cuenta, Gilgamesh decidió emborracharse con Robin. Después de todo, esa molestia en el hígado pasaría. La muerte, otra vez, podía esperar.

2 comentarios:

Salemo dijo...

Gilgamesh y Nippur, dos de mis personajes favoritos, allá lejos y hace tiempo.Aún recuerdo mi sufrimiento cuando Nippur pierde el ojo y se convierte en un cobarde durante tres o cuatro largos capítulos.
Gracias por el recuerdo, Héctor( Y Robin).

Ogui dijo...

Gracias Salemo! Cierto que era complicado Nippur. En aquel tiempo conseguía salteado los números pero era uno de los favoritos.