miércoles, 31 de diciembre de 2008

El banquete - Héctor Ranea


EL BANQUETE
Héctor Ranea

Trimalquión es un fanfarrón ignorante. Más le valdría cuidarse para que no lo empalen con carne. Siempre que va al vomitorio, algún osado le birla la mujer. Esa sí que sabe retozar con hombres. Si el osado le quitara las ganas, ella le retribuye con francas caricias a boca llena durante el resto de la comida. Y Trimalquión, en su estulticia, sigue creyendo que le reserva a él ciertos placeres venéreos. Pero lo principal, lo que más me obnubila, lo que menos placer me causa, lo que me hace enloquecer de rabia y peores horrores me produce incluso referirlos, es que el deshonesto Trimalquión se las dé de conocedor, cuando no es capaz de distinguir el vino de Grecia del de Sicilia, las lenguas de alondras de las de gallina, ni el guisado de hígados de halcón de un vulgar guiso de rata.

1 comentario:

Jose Vicente dijo...

¡El guiso de rata es justo es lo que necesito para la cena! Voy ahora mismo a ver si cazo unas cuantas.