miércoles, 29 de octubre de 2008

Rex nemorensis - Olga A. de Linares


Es el custodio del árbol sagrado, sacerdote y rey a un tiempo. Pero luego de tanto insomnio y tanta vigilia, con el arma que se vuelve cada vez más pesada, y sospechando detrás de cada sombra la de quien, matándolo, lo sucederá, descubre que añora sus tiempos de pastor, de esclavo fugitivo incluso. En verdad, cuando mató al soberano anterior sólo cambió una esclavitud por otra. Y, sin embargo, no puede abrir el puño para dejar caer la espada, el poder que representa, la muerte que incuba. Ya no es su dueño, ahora ella lo posee. Tarde o temprano ha de abandonarlo, como todo lo demás, entregándolo a la última soledad. Lo sabe. Pero sigue ahí, noche tras noche, esperando al que acabará con su incómodo reinado, el nuevo monarca que se hará cargo de la vigilia, el poder, la servidumbre, la pesadilla...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué bueno! No somos todos un poco ese soberano/esclavo?
Héctor R