viernes, 31 de octubre de 2008

¿Estás ahí? - Ricardo Juan Benítez


¿ESTÁS AHÍ?
Ricardo Juan Benitez

Todavía no se acostumbraba a esa soledad. La casa parecía inusualmente grande y solitaria. Sobre todo por las noches. En especial esa noche tormentosa. Ruidos en todo el caserón. Harto de dar vueltas en la cama se levantó. Un ruido en el fondo del pasillo llamó su atención.
Él sabía que era imposible. Sabía que estaba enterrada más allá del bosquecillo de pinos. Sabía que luego del golpe en la cabeza ya no lo molestaría más. Pero, sin embargo, preguntó:
—¿Estás ahí?
Y su corazón no soportó escuchar el susurro a sus espaldas.
—¡Sí!

La dura espera - Daniel Santos


LA DURA ESPERA
Daniel Santos

La mujer que había dentro de mí no podía esperar más. Durante años había permanecido aletargada en la oscuridad esperando su oportunidad. Tras muchas dudas y miedos, salió a la luz sólo para ser recibida con asco por mi familia, con recelo por mis amigos y por completa indiferencia por la administración. Al final todos acabaron por darme la espalda. Pero ya nada de eso importa, porque hoy es su día.
—Duerma tranquila. Cuando despierte todo será diferente.

El extrapolado - Ángel Arango


EL EXTRAPOLADO
Ángel Arango

El extrapolado tiene el privilegio de crecer. Piso sobre piso. En eso se basa la extrapolación porque crece y engrosa; soporta una carga mayor, una personalidad con una carga mayor, ilimitada, creciente; los otros medios consumían, desgastaban, agotaban recursos. En todo y en la transportación. La extrapolación no.

Rosa - Juan Yanes


ROSA
Juan Yanes

O Rose, thou art sick.
W. Blake

Pensó en Rosa, ‘contradicción pura, placer de no ser dueño de nadie debajo de tantos párpados’ y, encendido el deseo, le pidió que se desnudara. Ella, sin decir nada, se fue quitando la ropa con apacible docilidad, mientras la habitación se llenaba de fragancias frutales. Con extrema lentitud siguió desvistiéndose, dejando la ropa a sus pies como si se desprendiera de fragmentos de su propio cuerpo. Ya, totalmente desnuda, se desvaneció. Entonces, él pensó con el poeta, ‘una sola rosa es todas las rosas’, nada más. Pero era imposible, ahora, restituir su prístino destino.

Publicado en: http://mquinadecoserpalabras.blogspot.com/

Un alto en el camino - José Luis Vasconcelos


UN ALTO EN EL CAMINO
José Luis Vasconcelos

Los demás, los de su generación, probablemente estuvieran un poco menos calvos, más robustos que él, muy pocos con alguna especialidad rimbombante, muchos con pequeños comercios, contados quienes estuvieran ostentando un puesto de gran responsabilidad; la mayoría, resentidos, resquebrajados, juntando por las tardes recuerdos que harían trastabillar al más realista, sollozando afuera del porche de sus casas.
Así, pensando en esas cosas, imaginaba a la mujer que sostendría su mano en el último momento, pero sólo veía una mano blanca, no más. Trataba de reproducir forzadamente el rostro del doctor que le diría que su final sería como el de todos los tuberculosos, pero no puede; podría tratarse de alguno de sus antiguos condiscípulos. Ha caminado tanto que no basta a su mente conocer los últimos pensamientos que jamás se ejecutarán minuciosamente, por muy fuera de lugar que eso parezca.
Así las cosas, el caminante observa la construcción, una mancha en la lejanía; el agrimensor suspira hondo y avanza inexorablemente hacia el Castillo.

Maníes - Juan Torchiaro


MANÍES
Juan Torchiaro

En verano, después de la siesta y la leche, salíamos a la puerta con las sillitas de mimbre. El nono contaba una vez más, en su media lengua, el cuento de la misciarella, mientras llegaba ese vientito que hace ir la tarde. Entonces sonaba por ahí la corneta del manisero y desde la esquina aparecía su locomotora cargada de maníes calientes.
Sólo que esa vez el viento pasó más rápido, llevándose repentinamente la tarde. Así como aquella locomotora que nos dejó un puñado de maníes, y se llevó para siempre al nono.

jueves, 30 de octubre de 2008

Confesionario - Angela Schnoor


CONFESIONARIO
Angela Schnoor

Se encontraban en la misma iglesia, siempre al caer la tarde. En el confesionario pasaban las informaciones de la resistencia y ella, muy ansiosa, no conseguía parar de fumar. Corría el riesgo que el humo los denunciara, pero el cigarrillo servía, también, para incinerar algunos apuntes. Lo peor, sin embargo, eran las penitencias. Cada nueva misión, dejaban la iglesia dominados por el miedo.

Título original: Confesionario
Traducción del portugués: GvH

Ocho minutos y medio - Héctor Ranea


OCHO MINUTOS Y MEDIO
Héctor Ranea

La gran écuyère del circo es, además, prestidigitadora y realiza sus actos en forma simultánea, o al menos eso parece. En efecto, mientras cabalga en el caballo azul girando por una de las pistas acolchadas con arena y virutas de madera blanda, ella saca de su inmenso corpiño un par de alondras, un ramo de alhelíes, una hermosa jofaina con restos de agua jabonosa y por último, mientras hace una cabriola con el raro Lipizzer azul, saca un bello sifón que lanza burbujas multicolores llenas de un misterioso olor. Esas pompas llegan volando a los espectadores de la platea preferencial y la écuyère las hace reventar a los ocho minutos y medio, todas al unísono, en una rapsodia de Rachmaninov.

Cuarto mandamiento - Roberto Ortiz


CUARTO MANDAMIENTO
Roberto Ortiz

Tantas llamadas de atención lo convirtieron en un manojo de improperios en contra de Séneca, sabio cordobés que no sabía cómo alinear a su discípulo y que el 62, en medio de una vorágine de gripes y conspiraciones, renunció a él después de tanta ignominia. El mal alumno, que con tan sólo dieciséis años había llegado al poder, seis años más tarde hundía sus tenazas en el globo maternal, tal vez vislumbrando a Roma como la primera Ciudad Luz.
Hoy, la mayoría practicantes del New Age y de la Séptima Estrella de Babel, niegan que su locura se debió a la gran lluvia de ranas, o cristianos, que inundó la lógica y los orgasmos con vanas alegorías del Mandamiento Nuevo. La verdad es que su razón se fue por el sumidero como una mierda gorda y perfumada.

Calle Soledad - Javier Ortiz


CALLE SOLEDAD
Javier Ortiz

Caminaba por la calle, solitario, hasta que vi su rostro perdido entre una multitud. Me quedó grabado en la mente; se fue conmigo. Ahora no estoy solo. A diario, varias veces al día, cierro los ojos y lo recorro: cada detalle, desde la fina cabellera hasta la puntiaguda barba, veo hasta la más mínima facción, cada poro, cada arruga; es como un mapa que deja un abultamiento en la entrepierna. Por las noches, lo acaricio dentro de los sueños. Pero lo más regocijante es cuando me levanto cada mañana: abro el refrigerador y la encuentro allí, quizás ya un poco pálida y cada vez más verde. Entonces tomo mi desayuno, mi maletín y salgo a trabajar.

Invasión - Iván Olmedo


INVASIÓN
Iván Olmedo

Comenzamos con una naranja. Usando nuestro Rayo, dispersamos sus átomos y la recompusimos en el interior del planetoide hueco que habíamos construido para tal fin, a cinco mil millones de kilómetros de distancia. Nadie se percató de su desaparición. Seguimos con una oveja. Su pastor la echó en falta al hacer el recuento, pero tres días después se convenció de que jamás la encontraría, ya que los lobos la habían devorado. Éxito total.
Una casa abandonada en pleno campo no fue mayor problema para nuestro Rayo. Pasaron meses y hubo extrañeza, pero la casa fue olvidada y aceptado el misterio. La desaparición de un avión de combate no pudo ser ignorada, pero ante la evidencia y la falta de pistas para recuperarlo se impuso la resignación.
Nos llevará tiempo, pero la Tierra será conquistada. La robaremos átomo a átomo.

El verdadero castigo de Babel - Cristian Mitelman


EL VERDADERO CASTIGO DE BABEL
Cristian Mitelman

Esta escalera que no termina, que me lleva siempre, a pesar de mi cansancio, a una habitación superior, cada vez más lejos, porque el castigo de Babel no es el derrumbe, sino el ascenso impostergable, el ascenso hasta la monstruosa raíz del cielo, que siempre está un peldaño más allá, como si mis pasos mismos crearan esta espiral infinita...

Constructivismo - Jorge Martín


CONSTRUCTIVISMO
Jorge Martín

Los edificios crecían rápido. Parecía mentira que el vecinito ya tuviera veinte pisos. Me contó el hotel cinco estrellas que quiere llegar a los cien. Pensar que lo había conocido cuando recién era cimientos y la estructura no llegaba a más de un piso. Cada tres horas le daban material. Que rápido pasa el tiempo. Quiere decir que somos cemento viejo.
Ahora la moda era por lo menos de diez departamentos por piso, había que llenarlos. Yo había construido muchas personas, muchas de ellas todavía vivían en mis departamentos, otros los había construido para edificios amigos. Era de la idea que cada uno tiene que hacer sus propias personas, pero al final se dedicó a diseñarlas y no le fue mal. No me quejaba, tenía cincuenta pisos, terraza, y una antena de quince metros. Ahora quería dedicarme a disfrutar el paisaje. Me podía dar por satisfecho.

Cuentos cortos - ‘Ezz Eddine El Ma‘izi


CUENTOS CORTOS
‘Ezz Eddine El Ma‘izi

Su hija lo llamó por teléfono para averiguar las razones de su larga ausencia. Le respondió que asistía a un coloquio cultural. Le explicó que participaba con sus novelas breves, y que regresaría en tres días. Y la pequeña entonces le contestó: «¡Tantos días para leer tan poco, papá!»

Traducción del árabe al francés: Essia Skhiri
Traducción del francés al español: Olga A. de Linares

miércoles, 29 de octubre de 2008

Reciclado - Sergio Gaut vel Hartman


De pronto, todo se iluminó. Había estado sumido en la oscuridad sin tiempo y aquello fue como un inesperado despertar. Pero la escena no era la esperada, si esperaba algo concreto. Y la orden tapó todo lo demás.
—¡Disparen!
Disparó antes de saber qué hacía. Soy un soldado, chisporroteó un pensamiento. ¿Lo soy? Otra andanada de órdenes: posición, disparo, cubrirse. El fango lo recibió como una amante tierna. Y al mismo tiempo, junto con la respuesta del enemigo, llegó una ráfaga de nociones, una vida pasada, entera, ubicada del otro lado de un muro de vidrio. La pausa duró sólo un segundo.
—¡Disparen!
Obedeció, claro, no podía hacer otra cosa. Pero al mismo tiempo, dejó que la memoria penetrara la piel del momento. Y entonces recordó. Tenía cáncer. Había muerto. Pero la guerra necesitaba soldados. Y la tecnología de nuestros días hace maravillas.
—¡Disparen!

FX - Daniel Frini


FX
Daniel Frini

—¿Qué diablos eran esas cosas? —dijo mamá cuando la primera bandada negra impactó contra el parabrisas del auto.
—No sé… —dijo papá un segundo antes que lo atravesase un aguijón gigante.
Mis manos y brazos y parte de mi cara se disolvieron en un ácido espeso que salió de las fauces de una especie de dragón; y que derritió, también, todo el asiento trasero y el baúl.
Estas películas del autocine son cada vez más reales…

Síndrome temporal - Carlos Feinstein


SÍNDROME TEMPORAL
Carlos Feinstein

Primero sintió que algo estaba mal, pero sólo era una sensación. La realidad se había convertido en un déjà vu continuo. De cierta manera ya nada lo sorprendía. Al tiempo, era un hecho que veía algunos segundos en el futuro, y también percibía las realidades alternativas, las que no fueron favorecidas, las descartadas producto de sus decisiones. Sin lograr acostumbrarse al exceso de información que lo bombardeaba, tanto por las premoniciones ciertas y las ucronías desechadas, comenzó a ver horas, días y años por delante.
Ahora, vive escondido, aterrado de las terribles calamidades que provoca en el universo con la simple elección del momento en el cual respira.

Sobre el autor: Carlos Feinstein

27 Matices - Jacinto Deleble Garea


27 MATICES
Jacinto Deleble Garea

La niña tomó sus rotuladores y pintó sobre los espacios blancos del código de barras del bote de champú un arco iris de dieciséis colores.
—Muy lindo, cariño —dijo su madre cuando se lo mostró, aunque sin dejar de trabajar en el ordenador—, ¡y sin salirte de las rayas, qué bien!, pero ahora déjame ¿eh?, que tengo que terminar este informe para mañana.
Al día siguiente, cuando abrió su portátil en la sala de juntas para hacer la presentación descubrió que su hija se había superado. Las blancas teclas del ordenador que representaban las letras estaban coloreadas como un diminuto jardín bonsái florecido en veintisiete tonalidades.
Al principio tuvo que sacar su pañuelo para contener las lágrimas y los socios se preocuparon un poco, pero no hubo de qué: tan animada y optimista resultó su propuesta de inversiones que fue aceptada de inmediato.

Placeres primitivos - Lucía Coria


PLACERES PRIMITIVOS
Lucía Coria

—Otro mas que deberemos descartar. Es imposible restaurarlo. —La científica lucía muy cansada.
—¿Está segura, doctora? Ya quedan muy pocos —dijo la ayudante con voz apenas audible.
—Le faltan partes esenciales. Las clientas no aceptan prótesis.
—Pero no son cuidadosas al usarlos...
—La racionalización produce este tipo de excesos. Ninguna sabe cuándo será su próximo turno y deciden aprovechar al máximo cada dosis.
—¡Maldita sea la reina lesbiana que mandó aniquilar a los hombres...!
—Pudimos salvar estos ejemplares, pero mantenerlos vivos resulta muy costoso. Aunque los aranceles por su alquiler aumenten a diario.

Manchas - Jordi Cebrián


MANCHAS
Jordi Cebrián

Cuando bajo la escalera para ir a trabajar, me entretengo observando los dibujos que forma el mármol de los peldaños. Distingo a veces tortugas, o palomas, o siluetas femeninas. Hoy me he fijado por primera vez en un rostro, dibujado por el azar con maestría de trazo. Era mi rostro el allí dibujado por las formas caprichosas de las manchas del mármol, perfectamente distinguible si sabías mirar. Volví a casa e hice bajar a mi mujer hasta la mitad de la escalera para que lo viera, pero no supe encontrar de nuevo el dibujo, y mi mujer no me cree.

Por qué asesinaron el profesor Bauru - Miguel Carqueija


POR QUÉ ASESINARON EL PROFESOR BAURU
Miguel Carqueija

El profesor Bauru, célebre científico, ofreció una cena para la prensa, reservando para el final una importante revelación. Y a los postres habló sobre sus investigaciones que se basaban en el aprovechamiento de la cucaracha como fuente de alimentación para la humanidad, disfrazando hábilmente el olor y el gusto del insecto y utilizándolo como ingrediente en sopas, suflés, budínes y todo lo que fuera servido...

Título original: Porque assassinaram o professor Bauru
Traducción del portugués: GvH

El eterno peregrinaje del diminuto cocodrilo de plástico - Ricardo Bernal


EL ETERNO PEREGRINAJE DEL DIMINUTO COCODRILO DE PLÁSTICO
Ricardo Bernal

Un diminuto cocodrilo de plástico camina por la superficie blanca de la hoja, en cada paso deja una palabra y al final del renglón voltea hacia atrás para leer: Un diminuto cocodrilo de plástico camina por la superficie blanca de la hoja, en cada paso deja una palabra y al final del renglón voltea hacia atrás para leer: Un diminuto cocodrilo de plástico camina por la superficie blanca de la hoja, en cada paso deja una palabra y al final del renglón voltea hacia atrás para leer: Un diminuto cocodrilo de plástico…

El cobarde - Alejandro Bentivoglio


EL COBARDE
Alejandro Bentivoglio

El agua de la pileta era muy azul. Unas nenas jugaban con unas muñecas al costado. Bruno se quitó la remera y se acercó hasta el borde. Ahora me tiro, se dijo. Pero no lo hizo. El asado ya estaba listo y algunos se sentaron a comer. Después llegó la tarde y la noche y las nenas se metieron en la casa.
Ahora me tiro, se dijo Bruno, en el borde de la pileta, sin remera, temblando de frío.

Rex nemorensis - Olga A. de Linares


Es el custodio del árbol sagrado, sacerdote y rey a un tiempo. Pero luego de tanto insomnio y tanta vigilia, con el arma que se vuelve cada vez más pesada, y sospechando detrás de cada sombra la de quien, matándolo, lo sucederá, descubre que añora sus tiempos de pastor, de esclavo fugitivo incluso. En verdad, cuando mató al soberano anterior sólo cambió una esclavitud por otra. Y, sin embargo, no puede abrir el puño para dejar caer la espada, el poder que representa, la muerte que incuba. Ya no es su dueño, ahora ella lo posee. Tarde o temprano ha de abandonarlo, como todo lo demás, entregándolo a la última soledad. Lo sabe. Pero sigue ahí, noche tras noche, esperando al que acabará con su incómodo reinado, el nuevo monarca que se hará cargo de la vigilia, el poder, la servidumbre, la pesadilla...

lunes, 27 de octubre de 2008

Espera - José Luis Zárate


ESPERA
José Luis Zárate

En los bordes exteriores la tela se había roto y pastores y ganado aprovechaban el hilo, los pocos sobrevivientes. Más adelante las colinas estaban completamente cubiertas y el color del tejido dominaba el horizonte. El Héroe sabía que en medio de ello no esta Aracné —como todos pensaban— sino su esposa que había jurado tejer hasta su regreso. Las columnas se habían derrumbado, los árboles cayeron hace mucho, la tierra yacía estéril y muerta bajo ese manto interminable. Odiseo miró su reino cubierto y dio la vuelta. No podía luchar contra ello, no quería averiguar cuál era el peso exacto de su ausencia.

Ilustración: M.C.Escher

La ventana - Juan Yanes


LA VENTANA
Juan Yanes

Abre la ventana y ve a otra mujer que abre la ventana y a través de ella ve a otra y a otra más diminuta hasta que se pierde. La ventana es la arquitectura de la mujer. Está ahí, esperando, enmarcada por el signo. No quiere ser ventana, quizá puerta arco soportal calle. Pero se asoma y ve siempre un paisaje nuevo como la página de un libro abierto al azar. Se ha acostumbrado a mirar desde allí, a ver precipitarse a los suicidas como frutas maduras que se desprenden. Sabe que ha llegado la primavera por el rumor tumultuoso de los abrazos y entonces, como Tristana desde el balcón, enseña la enigmática hermosura de sus pechos purísimos, antes de pasearse desnuda por las cornisas.

Ilustración: M.C.Escher

Publicado en: http://mquinadecoserpalabras.blogspot.com/

Una nostalgia de algo - José Luis Vasconcelos


UNA NOSTALGIA DE ALGO
José Luis Vasconcelos

Plantó semillas y cosechó la Vida. Los cantos de las aves anidaban en frutos. El venado en su estar y no estar era esto y lo otro. Descifró los signos que la sierpe trazaba sobre el suelo; los universos ocultos en la arena le hicieron suspirar. Maravillado, atestiguó el despertar del hombre en su primera comunión con el silencio. Orgulloso de su Obra sonreía porque todo estaba en su sitio, hasta la ponzoña del alacrán. Una nostalgia de algo quebró su corazón cuando la soledad murmuró tempestades a su oído, y entonces el Creador se fue desvaneciendo entre sollozos.

Ilustración: M.C.Escher

La danza del pensamiento con la voz - María de las Mercedes Semhan


LA DANZA DEL PENSAMIENTO CON LA VOZ
María de las Mercedes Semhan

Esta dama llamada voz se expresa, actúa, reacciona en la forma oral que la caracteriza. Crea un sin fin de tonos, niveles y matices. Y el pensamiento de igual manera. Pero en el nivel intelectual propio de su naturaleza.
El caballero pensamiento sufre de un resfrío que le impide realizar el baile de apertura al ritual de la fiesta de cumpleaños del teatro ancestral. Lo suple el descanso y luego la voz es acompañada por el idealista corazón. Este emotivo caballero a diferencia del indispuesto pensamiento extiende su brazo en señal de invitación cortés. La voz enamorada a primera vista se entrega al baile más importante de su vida. Se vuelve grácil, encantadora, señorial, tan bella que se transforma en comedia musical, u opera celestial.

Moraleja: Cuando se trata del amor es mejor no pensar cuando debemos actuar.

Ilustración: M.C.Escher

domingo, 26 de octubre de 2008

Una buena estrella - Angela Schnoor


UNA BUENA ESTRELLA
Angela Schnoor

Junto al grado zodiacal de su nacimiento, estaba la estrella que confiere honras y riquezas marciales y eclesiásticas. Entusiasmado, no leyó los consejos de la letra pequeña. En la carrera militar, recibió medallas y prestigio hasta que fue descubierto el pasaje secreto hacia el convento vecino. Íntimos, él y el obispo habían transformado en burdel el cuartel que comandaba. En el manual de las estrellas se alertaba sobre la decadencia por derroche y disipación.

Título original: Uma boa estrela
Traducción del portugués: GvH
Ilustración: M.C.Escher

Inmigración y extranjería - Saturnino Rodríguez Riverón


INMIGRACIÓN Y EXTRANJERÍA
Saturnino Rodríguez Riverón

¿Qué cuales papeles necesita? Algunos ensayos de Lauro Zavala, precisiones de la doctora Dolores Koch, una recopilación de Francisca Noguerol en Salamanca, conocer el libro de Violeta Rojo y los estudios de Lagmánovich. No olvidar las acotaciones de Armando Epple, Raúl Brasca, Laura Pollastri. Debe saber leer bien; escribir ya se verá. Leer a Ana María Shua, a los ya mencionados; a Pía Barros, Julia Otxoa, la Cañamares, Virginia Vidal... Aprenderá también a coser palabras a máquina: lo remitiremos con Juan Yanes. También le realizaremos algunos análisis para comprobar que sea químicamente impuro. ¿Lo atormento? Disculpe, algunos creen que el asunto es sencillo. La emigración de la novela al minicuento debe hacerse legalmente. Luego nadie podrá acusarlo de indocumentado. Y, por favor, en este país ya se extinguieron los dinosaurios y la mariposa de Chuang-Tzu es cuestión privativa de entomólogos.

Ilustración: M.C.Escher

Micrófono Ella - Newton Stone


MICRÓFONO ELLA
Newton Rausseo

Llueve mientras converso febrilmente con ella. El local del que les hablo queda en una calle intermedia, en donde el baño siempre es una manera de irse a otra dimensión. Varios colegas me interceptan y me exigen que los escuche hablar a ritmo de birra. En ese instante ella me mira del otro lado de la barra y me hace un guiño; camino hacia el pasillo y observo un yesquero verde luminiscente que me atrapa:
—Siempre lo encuentras todo —ella me dice al oído.
Salgo disparado hacia el baño, tomo un bolso de la mesa y lo lanzo dentro de la barra… otra de ellas voltea y me mira con sadismo: tiene un gran afro pintado de color naranja… Bailo en el aire con muchas de ellas mientras estalla la bomba. Solo alcanzo a dar vueltas y más vueltas…

Ilustración: M.C.Escher

Coleccionista - Héctor Ranea



El amigo Rafael, en lugar de venir con nosotros a jugar al fútbol los sábados al Club del Puente, sale con su bicicleta y recorre Pampa de los Muertos buscando los huesos que los años van desenterrando poco a poco. Dice que descubrió un lugar (que siempre mantuvo en secreto) en el que hay muchos huesos de hombres y mujeres enterrados juntos. Los vende a las escuelas para que enseñen anatomía y con los pesos que junta está haciendo un Museo para exponer lo que no puede vender. Nunca nos mostró nada de eso porque dice que aún nadie está preparado para ver.

Ilustración: M.C.Escher

Marginal - José Vicente Ortuño


MARGINAL
José Vicente Ortuño

No utilizo reloj, vivo al margen del tiempo. Todo sucede a mi alrededor, se desliza sin afectarme. Miro adelante y veo el futuro. Hacia atrás contemplo el pasado. Cierro los ojos y el mundo se detiene. Giro y el universo gira. Grito y el cosmos tiembla. Duermo y el universo muere. ¡Y tengo tanto sueño! Mañana, cuando me visite, le rogaré al doctor que no me administre más calmantes… si quiere seguir existiendo.

Ilustración: M.C.Escher

Efectos colaterales del miedo - Ildiko Valeria Nassr


EFECTOS COLATERALES DEL MIEDO
Ildiko Valeria Nassr

Abrís la puerta y entrás a la casa. Está oscuro. No encontrás la perilla de la luz. Escuchás un ruido extraño. No puede ser. No hay nadie en casa. Vas palpando las paredes en búsqueda de algo que pueda convertirse en luz. ¡Bingo!, la luz se hace presente. Lo que ves te hace querer volver a las tinieblas. Tu mujer te apunta con un arma. Se te ríe. Sentís el calor y el olor en tus pantalones. Ella no para de reír. Ambos saben que el arma es de juguete. Saben que el contenido acuoso de tu ropa es de verdad.

Ilustración: M.C.Escher

El azaroso alumbramiento del sol - Jorge Martín


EL AZAROSO ALUMBRAMIENTO DEL SOL
Jorge Martín

Era una luciérnaga, le gustaba pasearse sin apuro y no echaba raíces en ningún sitio. En parte era su naturaleza, en parte la necesidad de alimento, lo mismo que obliga a trasladarse a todos los seres vivos. La falta de luz era completa. En época de hambruna se acerco a un brujo de dudosa fama que conseguía encender fuego y luces. A pesar de los temores, se alimentó de lo que el anciano le daba. Se sentía bien y fue engordando sin darse cuenta. Creció tanto que ya no podía moverse y no cabía en ninguna parte. El brujo le insufló aire de manera que se elevo hasta el cielo. Ahora iluminaba a todos y podía dar la vuelta al plato que era la tierra donde antes vivía. Nadie reconoció a la luciérnaga; lo nombraron sol y hasta lo adoraron.

Ilustración: M.C.Escher

Porque se muere de hambre - ‘Ezz Eddine El Ma‘izi


PORQUE SE MUERE DE HAMBRE
‘Ezz Eddine El Ma‘izi

El pequeño dibujó una manzana sobre la hoja... Dibujó también tomates, pescados, una cebolla y una gran hogaza de pan. Porque está muy hambriento, corta los tomates en rodajas y la cebolla en tiras. Abre la hogaza, mete todo dentro... Y mastica la hoja.

Traducción del árabe al francés: Essia Skhiri
Traducción del francés al español: Olga A. de Linares
Ilustración: M.C.Escher

Un nuevo casino – Sergio Gaut vel Hartman


UN NUEVO CASINO
Sergio Gaut vel Hartman

Abrió sus puertas a las ocho de la mañana en el predio en el que antes estaba la cárcel. Durante algunas horas ingresaron al local y jugaron aquellos que sólo pueden perder monedas. Pero después del mediodía se empezó a apostar fuerte, y a la hora del té ya habían cambiado de mano el Christina, el Koh-i-noor y el Taj Mahal, aunque eso fue nada, si se lo compara con lo que siguió. Unos minutos antes de la medianoche llegó el Supremo Jugador quien, no está de más decirlo, no pasaba por una buena racha... lo que no fue obstáculo para que apostara como un demente. A la hora de cierre, que él trató de prolongar con todas las artimañas posibles, llevaba perdidas algo más de diez mil millones de almas.

Ilustración: M.C.Escher

La verdad - Carlos Feinstein


LA VERDAD
Carlos Feinstein

Mr Hyde soñaba imaginándose como un buen padre de familia, que cuidaba de los suyos, y era considerado el mejor médico de Londres. Reconocido y venerado como uno de los pilares de la sociedad. De todos sus sueños, el de llevar a su familia a la iglesia era el que le resultaba más reconfortante.
El doctor Jekyll en cambio lo hacía con terribles peleas de bar, infames borracheras y noches de sexo y orgía con prostitutas. Su noche la dominaba el exceso y la brutalidad.
Ambos dos o él mismo (como el lector decida) estaban muy satisfechos y consideraban que vivían plenamente sus vidas. Ellos (o él) eran muy felices.
El equilibrio era perfecto.

Sobre el autor: Carlos Feinstein

Ilustración: M.C.Escher

sábado, 25 de octubre de 2008

Cuentos misóginos con moraleja. Hoy: Rumpelstikin - Daniel Frini


CUENTOS MISÓGINOS CON MORALEJA.
HOY: RUMPELSTIKIN
Daniel Frini

Había una vez un pobre molinero que tenía una hija muy bella. Bueno, ya sabemos. Padre al que le gustaba darse importancia sin medir consecuencias, rey codicioso, hilá toda esta paja y convertila en oro o te mato, aparición de enano malformado que se ofreció para hacer el trabajo, qué me darás a cambio, no tengo nada, me darás tu primer hijo cuando seas reina…
—¡Ma qué hijo ni tres carajos! —dijo la muy turra—: si podés convertir pasto seco en oro, soy tuya, papito. Me voy con vos. Por mí, el rey se puede ir a traficar con churros al casino de Mónaco.
El enano contrahecho Rumpelstikin todavía hoy, casi trescientos años después, está arrepentido. Ya no baila.
Moraleja: cuidado, muchachitos, con lo que ofrecen a las niñas; y qué les piden a cambio. Son muy peligrosas.

Ilustración: M.C.Escher

La trama de Penélope - Paola Cescon


LA TRAMA DE PENÉLOPE
Paola Cescon

Luego de dos largas décadas de ausencia, se le ocurre aparecer justo ahora cuando ella, rendida de soledad, se enamoró perdidamente de una de sus sirvientas, la dulce joven que con cuerpo seductor como canto de sirena, supo levantarle el velo y transformar en miel tanto infortunio. ¡Maldito el momento en que juró a Ulises fidelidad eterna!
Es hora de conjugar juramentos. Pero, ¿cómo? Si el deseo ya ancló en la más deliciosa y húmeda de las bahías. Y su bahía, se llama Agneta.
Ulises se encuentra con una esposa distante, la cual alegando un shock provocado por las circunstancias, implora tiempo para el encuentro carnal.
El tiempo preciso para terminar otro sudario que, con alevosía, cuatro suaves manos ya comenzaron a tejer.

Ilustración: M.C.Escher

Sinceridad - Jordi Cebrián


SINCERIDAD
Jordi Cebrián

Llevan más de cuarenta años casados, una relación que les ha hecho felices, que ha sobrevivido con amor y comprensión. Pero hoy él está inquieto. Va a contarle a su mujer un secreto que durante todo este tiempo ha ido llevando, como una herida mal cerrada, a la que se acostumbró, pero que nunca ha dejado de quemar y doler. Una semana después de casados, por única vez, engañó a su mujer. Fue con una amiga común de entonces, una locura que duró tres días, y que hoy no comprende. Probablemente hoy se lo contará, o mañana, como cada ayer.

Ilustración: M.C.Escher

Cabeza hueca - Ricardo Bernal


CABEZA HUECA
Ricardo Bernal

I)
Tengo la cabeza hueca: las palabras me entran por un oído, revolotean distraídas por el interior de mi cráneo y salen por el otro oído. Decido visitar al viejo Ulises para pedirle consejo.
II)
Enorme la casa. El mayordomo, un elegante cíclope bizco, me invita a pasar al salón. Al poco rato baja Ulises, barbón, bata azul. Le explico mi problema y me lleva a un pequeño estudio donde me da un frasco lleno de cera.
—No sé si sirva —dice—, nunca la he usado… —Echada en la alfombra, una sirena gorda con tubos en la cabeza y la cara llena de lodo verde, come chocolates. Salgo de casa de Ulises. Llueve.
III)
Me pongo cera en un oído, las palabras entran por el otro, revolotean pero no salen. Empiezan a llenar mi cráneo, bajan por el brazo, llegan a los dedos: las escribo.

Ilustración: M.C.Escher

Antes de llegar a la calle - Alejandro Bentivoglio


ANTES DE LLEGAR A LA CALLE
Alejandro Bentivoglio

Como si algo pudiese cambiar realmente, me levanto de la cama y en el living ya hay otros mejores que yo que lo intentaron pero que no pasaron del sofá y uno de ellos me saluda y me ofrece una cerveza y me siento y alguien pone una vieja canción en la radio y otro recuerda con nostalgia una novia que alguna vez tuvo fuera de este departamento ya cubierto de humo de cigarrillos.

Ilustración: M.C.Escher

Posesiones modernas - Olga A. de Linares


Continuó su tarea, sin prestar atención a los sonidos que los poseídos emitían. Tampoco lo intimidaron los chisporroteos y luces demoníacas. Pero no pudo evitar el golpe cuando roció a uno con agua bendita. Tembloroso, con los cabellos erizados, logró ponerse nuevamente en pie, a pesar del hormigueo espantoso en brazos y piernas. Iba a seguir con el exorcismo cuando llegó el hombre de overoll.
No le gustó como lo miró, y hubiera jurado que contenía apenas la risa.
Lo vio dirigirse hacia la pared y tocar algo. Los ojos enrojecidos de la estufa eléctrica se apagaron y el silencio llegó, como un bálsamo.
—Hay que cambiar toda la instalación, doña. Yo no hago milagros...
Incrédulo, pensó el exorcista.
Como si él, Gabriele, no supiera bien que el Diablo era muy capaz de poseer también a esos malditos artefactos modernos...

Ilustración: M.C.Escher

viernes, 24 de octubre de 2008

En el cielo - Angela Schnoor


EN EL CIELO
Angela Schnoor

Fanático por el espacio, desde niño quiso ser paracaidista. Estaba realizando el examen médico para la renovación anual de su licencia. Dejó la sala con la cabeza baja y corrió hacia el avión. Necesitaba más que nunca relajarse en el azul. Nadie impediría este salto, aún fuera de hora. Los compañeros y el piloto observaron desesperados su caída vertiginosa al encuentro con el suelo. El paracaídas no falló. El infarto fulminante, previsto por el médico, le permitió cumplir en el cielo su ultimo deseo.

Título original: No Céu
Traducción del portugués: GvH
Ilustración: Salvador Dalí

jueves, 23 de octubre de 2008

El guarda vidas - Ambrose Bierce


EL GUARDA VIDAS
Ambrose Bierce

Una Antigua Doncella, parada en el borde de un muelle, cerca de un Amante Moderno, dejó oír estas palabras:
—¡Noble protector! ¡La vida que has salvado te pertenece!
Tras repetir esto varias veces en diversas entonaciones, se arrojó al agua, donde murió ahogada.
—Soy un noble protector —dijo el Amante Moderno, alejándose pensativo—, la vida que he salvado es sin duda la mía.

Ilustración: Salvador Dalí

Palas Atenea - José Luis Zárate


PALAS ATENEA
José Luis Zárate

No es su sombra lúgubre pesando sobre Palas Atenea. No es su siniestra voz de animal diciendo, siempre: Nunca más. Lo que realmente odio es su manía de permanecer aquí dentro y sus continuos excrementos de cuervo.

Ilustración: Salvador Dalí

Play it again, Sam - Juan Yanes


PLAY IT AGAIN, SAM
Juan Yanes

Sam había perdido el piano. Andaba por las calles buscándolo enloquecido de la mano de Charlie Bird Parker que también había perdido su saxo, por enésima vez. ¿Cómo se puede perder un piano de cola, Sam, cómo? Los dos estaban tiritando desnudos debajo de una manta, persiguiendo al perseguidor de la belleza, como dos monos, y el larguirucho, tan joven, tan huesudo y hermoso, escribiendo sobre ellos en una mesita del Stéphane, en la rue Mallarmé. Dime, ¿cómo se puede perder un piano de cola, Sam?

Ilustración: Salvador Dalí

Publicado en: http://mquinadecoserpalabras.blogspot.com/

De buena madera - José Luis Vasconcelos


DE BUENA MADERA
José Luis Vasconcelos

Al narigudo industrial maderero se le hacía un nudo en la garganta cuando el recuerdo de Gepetto llegaba a tocarle las puertas de su corazón. Cómo olvidar cuando cantaban juntos el “aserrín, aserrán los maderos de San Juan”, o aquellas tardes cuando le enseñaba las tablas de multiplicar.
Además, no sólo fue un excelente ebanista, también un gran tallador y hasta inventor de un escochebre multiusos.
Gepetto era, en suma, hombre de buena madera que reflejó su modo de ser en aquella frase que legó a la posteridad: “Para que la cuña apriete ha de ser del mismo palo”.

Ilustración: Salvador Dalí

Crisis - José Ramón Vila (Txerra)


CRISIS
José Ramón Vila (Txerra)

Hoy había más movimiento del habitual en la sala de reuniones del Banco Barclays, en la City de Londres. Los consejeros discutían sobre la grave crisis que se había abierto en el sector financiero.
—La Bolsa continúa su caída. Las industrias están abriendo expedientes de regulación...
—Los índices de morosidad aumentan —bramó el Consejero de Fondos Crediticios.
—Ningún sector financiero presta dinero. No tenemos liquidez.
—¡Esto es insoportable! —gruñó el Director de Recursos Humanos.
—Señores, calma —intervino el Presidente—. ¡Tenemos comprador!
—¡Por fin una buena noticia! ¡Qué entre! —bramó el Consejero de Tesorería.
Las puertas abrieron, dando paso a un personaje vestido completamente de oscuro. Se adentró en la sala con un curioso golpeteo cadencial de su pierna derecha. Un parche negro tapaba uno de sus ojos.
—Caballeros. Me llamo Silver. Long John Silver.

Ilustración: Salvador Dalí